COMUNICACIONES ELECTRONICAS

Correo electrónico y SPAM.

Las nuevas tecnologías de la información han modificado la forma en que la gente se comunica, siendo realmente trascendente el fenómeno alcanzado en tal aspecto por la utilización del correo electrónico.

Efectivamente, la utilización de esta nueva forma de comunicación entre las personas ha beneficiado enormemente a las organizaciones, facilitando la comunicación interna entre sus miembros y también con el exterior. De hecho, la implementación del correo electrónico en la empresa ha provocado grandes cambios en la forma de trabajar. No sólo se ha convertido en una nueva y muy importante herramienta de trabajo sino que, además su correcta utilización permite que las empresas puedan reducir costos, implementar nuevas formas de trabajo (por ejemplo, a través del teletrabajo) y lograr una más eficiente y productiva actividad laboral.

Como contrapartida, el uso del correo electrónico en el ámbito laboral, puede suscitar conflictos entre el derecho a la intimidad del trabajador con respecto al contenido de los mensajes por él enviados y el derecho del empresario a ejercer el debido control sobre los bienes de la empresa y controlar que los recursos que pone a disposición del empleado se utilicen única y exclusivamente para desempeñar más eficientemente su labor.

Pero no sólo su uso en el ámbito laboral es materia de conflicto. Otra de las cuestiones que suele provocarlos es el envio y recepción masiva de mensajes de correo electrónico publicitarios no solicitados, comunmente conocida como Spam.

El spam es la técnica de envio indiscriminado de e-mails a miles de usuarios que no pidieron recibirlos e integra el grupo de los llamados abusos en el correo electrónico, pues su práctica trasciende los objetivos habituales del servicio y perjudica a proveedores y usuarios.

Si bien la práctica habitual consiste en el envio de correo comercial y publicitario, no son pocos los casos en que se lo utiliza con el fin de paralizar el servicio por saturación de las líneas, del espacio en disco o de la capacidad de procesamiento de un servidor. En la mayoría de los casos el spammer -así se denomina a quienes practican esta actividad- es desconocido y la dirección de correo que aparece en el remitente es falsa, lo que impide identificar una dirección de retorno correcta para responder el mensaje.

El Spam ha sido condenado desde los albores de Internet, especialmente por la Netiquette y las RFCs 2505 y 2635, pero también por las asociaciones que nuclean a los proveedores de servicios de Internet y por diversos pronunciamientos judiciales extranjeros. No obstante, son pocas las voces que se alzan a favor de la prohibición total.

A pesar de muchos intentos regularlo, ya sea sobre la base del sistema opt-out que permite a los usuarios solicitar que sus datos sean excluidos de las bases de datos utilizadas por los spammers, o del sistema "opt in", preferido por las organizaciones protectoras de los usuarios y consumidores, ya que quien pretenda enviar mensajes comerciales debe contar con la autorización expresa del destinatario, todos los intentos han sido en vano.

Una forma de combartilo es mediante la aplicación de la Ley de Protección de Datos Personales, y con fundamento en ella, obtuvimos la Primera Sentencia Argentina que condenó a un Spammer.

Nuestra actuación profesional incluye los siguientes servicios:

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